Las aves marinas, particularmente aquellas que se reproducen al interior de cavidades, han sido reconocidas a nivel global como uno de los grupos más severamente afectados por la contaminación lumínica. Las luces artificiales provocan eventos de mortalidad por atracción y desorientación, los que ocurren principalmente en individuos juveniles en zonas cercanas a los sitios de reproducción. Esta situación también ocurre en Chile, afectando a un conjunto diverso de aves marinas que se reproducen a lo largo del país, desde el extremo norte hasta el sur, tanto en islas como en colonias tierra adentro.

Para algunas especies, como la golondrina de mar negra (Hydrobates markhami), la contaminación lumínica es su principal amenaza, con episodios de caídas excepcionalmente graves; para otras, como la fardela blanca (Ardenna creatopus) o el yunco de Humboldt (Pelecanoides garnotii), se combina con otras amenazas como la pesca incidental y las especies exóticas invasoras. En ambos casos el resultado es que un grupo importante de especies de aves marinas se encuentra en una categoría de conservación amenazada, siendo una de sus causas el impacto de las luces artificiales. 

En general, se trata de un fenómeno que ha crecido en magnitud durante los últimos años, en buena medida por la adopción de la tecnología de iluminación LED con un fuerte componente espectral azul, además de una serie de prácticas de iluminación inadecuadas, como la iluminación excesiva de espacios públicos o la iluminación con una misma intensidad en horarios con requerimientos distintos. Este problema se vincula a proyectos de distinto tipo, incluyendo alumbrado público de ciudades, carreteras, puertos, instalaciones industriales y faenas mineras, entre otros.