Una de las especies más enigmáticas y desconocidas del Cono Sur de Sudamérica. Es un ave limícola de mediano tamaño y plumaje críptico de color parduzco. Posee patas robustas y amarillentas y un pico alargado de base ancha y decurvado en la punta. Locamente se distribuye en islotes, fiordos y bosques de difícil acceso entre Aysén y Cabo de Hornos. Durante el invierno parte de su población realiza migraciones latitudinales, aunque se requieren más estudios al respecto. Para nidificar prefiere pastizales húmedos de abundante cobertura donde suele pasar desapercibida gran parte del tiempo. Al igual que otras becacinas, realiza despliegues en vuelo durante el atardecer. Prefiere desplazarse caminando y suele ser algo confiada, evitando volar hasta sentirse amenazada. Sus principales afectaciones son la fragmentación de hábitat y la introducción de especies exóticas invasoras.